Luego de 5 meses de espera, por fin culmino la deseada subasta del mítico Aston Martin DB5 de la década de los ’60 (1964), modelo original conducido por Sean Connery -personificando a James Bond en las cintas “Goldfinger” y “Operación Trueno”-, toda la jarana finalizo en la no despreciable suma de US$4,1 millones.
El nuevo dueño dichoso y ricachon de este fabuloso clásico es el coleccionista estadounidense Harry Yeaggy, que se trasladó especialmente al Reino Unido para la ocasión. Pese al precio cancelado, la casa de subastas RM Auctions esperaba que el remate alcanzara los US$5,5 millones, ya que en su momento llegó a ser considerado “el auto más famoso del mundo”. Pero no fue así.
De todos modos, el dinero invertido en el auto, ira a beneficio de la Jerry Lee Foundation, una fundación sin fines de lucro, dedicada a la lucha contra los problemas derivados de la pobreza. Su dueño -Jerry Lee, personalidad radiofónica de Estados Unidos- lo había adquirido de Aston Martin en 1969 en la módica suma de US$12.000. Flor de negocio a plazo.
El modelo está blindado a prueba de balas y equipado con artículos entre los que se cuentan ametralladoras delanteras (no verdaderas claro), un escudo antibalas trasero, matrículas giratorias, un dispositivo de localización, techo removible, rociador de aceite, aplicador de pintura y cortina de humo.