Porque los vídeo juegos no siempre son divertidos, también tienen sus consecuencias, en en algunos casos, vemos personas que llevan sus fanatismos a la obsesión o adicción que les haces desvariar de lo cuerdo a la locura.
Créanlo o no, tenemos algunos hechos que son reales, y los invitamos a leer para ser mas consientes sobre las medidas que uno debe tener.
CASO 1
Un chico de 15 años de Perth Australia, decidió faltar a clases para jugar juegos online durante 16 horas al día por tres semanas consecutivas. ¿Cómo lo hizo?, pues cada mañana se ponía el uniforme escolar y esperaba a que su madre se fuese a trabajar. Una vez que ella había dejado la casa, se ponía ropa más cómoda y comenzaba a jugar. Su madre regresaba a casa después de que él se suponía que regresaba de clases. Para cubrir sus faltas en la escuela, dijo a los maestros que sería sometido a una intervención quirúrgica.
Al final, sus padres se enteraron de la mentira, cuando las docentes de la escuela llamaron a los padres para saber cómo se encontraba el chico "operado".
CASO 2
Un hombre en Corea del Sur jugó Starcraft por más de 50 horas. Después de tal hazaña, el hombre colapsó y falleció de un paro cardíaco.
Se asume que su muerte fue provocada por la extrema fatiga a que se sometió, pues sólo se detenía para usar el baño o para dormir unos minutos.
Ha habido otros casos en China de individuos que han jugado entre 3 y 15 días, pero este caso tuvo mayor influencia por el trágico desenlace del Gamer empedernido.
CASO 3
Daniel Petric, de 17 años de edad asesinó a su madre y dejo herido de gravedad a su padre, ¿porque?... porque no le permitieron jugar Halo 3.
Petric entró en la habitación de sus padres y les dijo: "¿Cerrarían los ojos un momento? Tengo una sorpresa para ustedes." Luego de que estos optaran por lo que les dijo, Petric disparo a su padre entre los ojos y luego, a su madre.
De momento, estos tres mencionados, son unos de los tantos hechos que han sucedido. Existen otros más graves, pero no queremos desvariar las cosas en nuestro blog, solo decirles a aquellos fanáticos, reconsiderar ciertas adicciones y pasarlo más con la familia u amigos que nos aman.
