Por doquier, existen miedos a objetos, personas, o sucesos X que notablemente son una preocupación, sin embargo, también existen fobias raras o muy curiosas a sucesos muy normales. ¿Quieren saber cuales? sigan leyendo este curioso tema.
Allodaxafobia.
Es el miedo a las opiniones de los demás. Podría confundirse un poco con la fobia social, o con ciertos aspectos de un trastorno de la personalidad llamado narcisismo, pero la diferencia principal radica en que la allodaxafobia tiene como componente principal el miedo, no la ansiedad, y que el individuo no tiene que estar presente para experimentar el miedo al enterarse de lo que han opinado los demás, y que dichas opiniones no necesariamente deben referirse al sujeto en cuestión.
Barofobia.
Es el miedo a la gravedad. Es una fobia bastante extraña. El individuo con barofobia tiene miedo, sobre todo, a presenciar la acción de la gravedad en el mundo físico, un ejemplo claro es como ver objetos caer al suelo.
Chromofobia.
Es el miedo a los colores. Por colores, nos referimos a aquellos diferentes del blanco y el negro. Los que padecen esta enfermedad procuran vestir sólo con ropa en blanco y negro, y evitan los lugares donde hay decorados multicolores.
Dextrofobia.
Miedo a los objetos que se encuentran a la derecha del cuerpo. Esto es desde el punto de vista del observador. Si conocen a alguien con esta extraña enfermedad, les recomiendo no aproximarse a él (o ella) por la derecha. Debe ser difícil vivir con una enfermedad de este tipo, pues si padecemos dextrofobia automáticamente le tenemos miedo a la mitad del mundo.
Eufobia.
Miedo a las buenas noticias. Quienes padecen esta fobia temerán no sólo a las buenas noticias que se refieran a ellos mismos, sino a las buenas noticias en general. Muy peculiar de veras.
Plutofobia.
Es el miedo a las riquezas. (De Pluto, el dios griego de la riqueza). Es una fobia bastante extraña, sobre todo considerando que la mayoría de los mortales comunes y corrientes tememos a la pobreza y a las carencias.
Selenofobia.
Es el miedo a la Luna. Viene de Selene, la diosa de la Luna. Y no se trata de licántropos ni nada por el estilo. Los afectados de este mal tienen miedo a ver la luna, ya sea en la vida real, en una imagen o, incluso, en una película. Por fortuna, basta con no mirar al cielo para resolver el asunto.