Paul Manson, que hasta hace no mucho era el hombre más gordo del mundo, está hecho todo un seductor. Trudie y Lorraine mantienen con él una relación íntima. Él, según sus amigos, está encantado.
Con la primera se siente comprendido, ella también padece obesidad, e inquietudes. Con la segunda se siente realmente bien y le encanta regalarle flores.
Trudie es una mamá que sabe perfectamente que es luchar contra el sobrepeso. Ella entiende la desdicha que Paul debía sentir cuando pesaba 400 kilos y ostentaba el récord del hombre más gordo del mundo.
Trudie suele visitar a Paul en su casa de Ipswich, Suffolk, donde suelen cenar y han mantenido algún encuentro íntimo, según publica el diario The Sun. Los amigos del ex cartero aseguran que esta mujer supone un “fuente de fortaleza” para él porque comprende su padecimiento. La joven escribió a Paul tras verlo en un programa de televisión y le explicó que ella también había sufrido sobrepeso.
Paul logró perder 200 kilos de peso tras un baypass gástrico. Después de mucho tiempo Paul ha llegado a plantearse denunciar al sistema nacional de salud británico por no haberle prestado atención antes.
La otra chica, Looraine, es una asistente social que ha entablado una muy estrecha amistad con Paul. Sus amigos dicen que es una chica “muy amable” a la que suele regalarle flores porque “le encanta que le de las gracias”.